domingo, 22 de abril de 2007

TrucoDía: Conservación de la ropa

Cuando el invierno y sus rigores climáticos finalizan, abrigos, bufandas, botas y jerseys de lana gruesa ceden su lugar en el armario a camisetas, pantalones, vestidos y sandalias. Pero antes de guardar las prendas de abrigo hasta la próxima temporada, debemos tomar ciertas precauciones para que cuando las volvamos a necesitar, ante los primeros fríos del próximo otoño, no nos llevemos una desagradable sorpresa en forma de manchas y/o desperfectos.

  • Cuando laves la ropa que vas a guardar hasta la próxima temporada otoño-invierno, se tacaña con el detergente. No eches suavizante ni lejía ni cualquier otro producto químico a la ropa que vas a guardar. Al no poder controlar las condiciones de humedad y temperatura del lugar donde van a estar almacenadas, pueden aparecer manchas y malos olores en las prendas.
  • Repasa bien las prendas, y asegúrate que no quedan rastros de manchas o suciedad, ya que con el tiempo se fijan más, sobre todo si se trata de fibras naturales.
  • No planches la ropa. Cualquier rastro de suciedad que pueda tener la prenda, por mínima que sea, se fijará más a ésta.
  • Asegúrate de que el lugar donde va a almacenar la ropa no sea húmedo. Las prendas también han de estar totalmente secas. Dobla las prendas y cierre botones, corchetes, cremalleras, etc.
  • Si tienes prendas de encaje fino, envuélvalas en papel de seda azul (el blanco deja pasar la luz).
  • Guarda los edredones en bolsas de plástico en el estante superior del armario, o en los cajones de debajo de la cama, para evitar que se aplasten o estropeen.
  • Haz una "pelota" con las prendas de pluma (fundas, edredones, abrigos...) y mételas en una bolsa procurando extraer todo el aire de la misma.
  • No guardes las prendas de lana muy apretadas, ya que se estropearán las fibras y se producirán arrugas permanentes.
  • Utiliza perchas de sastre de madera para colgar prendas largas y pesadas, como abrigos, trajes y pieles. Proporcionan mejor soporte.
  • No cuelgues la ropa en ganchos; las hombreras y el cuello de la prenda deben tener un buen soporte.
  • Guarda la ropa en cajones herméticos o en canastas con forros de plástico, o cuélgalas en bolsas de plástico especiales para la polilla.
  • Coloca un antipolillas entre la ropa. No utilices aerosoles ya que, además de tener un fuerte olor, pueden estropear algunas fibras, las pieles por ejemplo.

Cuero y piel

Se especialmente cuidadosa con este tipo de prendas. Deja su limpieza en manos de un especialista.
Sacude las prendas de cuero antes de guardarlas para que no se deformen y las arrugas no queden marcadas.
Cuélgalas en una percha especial recubierta de una funda de plástico que proteja la totalidad de las prendas.
Guarda las pieles en un lugar bien ventilado y fresco, o en un contenedor sellado, con cristales de paradiclorobenzeno en su interior para que las polillas no las ataquen. Mejor todavía, consulta en el establecimiento donde adquiriste la prenda, seguro que disponen de frigoríficos especiales para su depósito.

Calzado

No amontones los zapatos y las botas unos encima de otros. Asegúrate de que no están en contacto con la ropa.
Compra una horma para cada par de zapatos, y rellena las botas con papel de periódico.
Guarda las botas de calidad boca abajo sobre estacas de madera colocadas oblicuamente o junte las dos con una pinza y cuélgalas de un gancho.

2 comentarios:

Vane dijo...

me encantan estos consejos, ¡tomo nota!

Anna Vega dijo...

Me alegro. Estos truquitos es bueno conocerlos.

Besitos