miércoles, 25 de noviembre de 2009

Con un par de narices



Las operaciones de cirugía estética están a la orden del día, antes solo las famosas se retocaban de aquí y de allá, ahora ha transcendido al grueso de la población y ya todo el mundo conoce a alguien que se ha operado el pecho, que se ha sometido a una liposucción, que se ha retocado la nariz... ¿vosotros también conocéis a alguien? ¿O sois de esos que se han sometido al bisturí y les da vergüenza reconocerlo?

En mi pequeño círculo de amistades tan solo tengo a un par de amigas que han pasado por quirófano, una de ellas para hacerse una pequeña liposucción y quitarse la piel de naranja, aunque en mi opinión siempre ha estado fantástica (pero las manías no se le fueron hasta que se sometió a la operación, al menos sirvió para algo) y la otra, que es más conocida que amiga, porque aunque con 16 años nos pasábamos todas las tardes del verano juntas ahora ya no nos vemos nunca, se hizo una rinoplastia hace cinco años y la verdad es que quedó fantástica, pero es que en mi opinión, esta intervención, es una de las más trabajadas a lo largo de los años y en la que mejor resultados se obtienen, aunque los aumentos de pecho también están en el top del ranking de cirugías.

¿Vosotros cambiaríais algo de vuestro cuerpo? Yo cambiaría muchas cosas, pero de ahí a pasar por un quirófano... ya son palabras mayores. Mi amiga, la de la rinoplastia, pasó unos días muy malos, ya que en la rinoplastia estética clásica a pesar de llevarse a cabo a través de incisiones internas, por lo que no queda ninguna cicatriz externa visible, los golpes que te dan en el tabique para romperlo son considerables y después de la operación pasas unos 15 días bastante malos y con toda la cara tapada, aunque como en todo, la gente que tenga mucho complejo y no le permita tener una vida personal y social completa por culpa de una nariz algo grande o desviada... les animo a que se sientan felices y contentos con ellos mismos y que hagan lo que tengan que hacer, ¿vosotros que decís?

Visita al dentista



En mi casa nunca se ha tenido mucha afición por visitar al dentista, ya sé que todo el mundo sabe que una visita al año debería ser una obligación, pero la gente lo va dejando dejando... y yo lo he ido atrasando 26 años (no os asustéis). Hace dos años fui por primera vez al dentista de la seguridad social para que me viese y terminaron quitándome las cuatro muelas del juicio en el hospital de Torrevieja un año más tarde, pero no ha sido hasta hace una semana que fui por primera vez a la consulta de un dentista de paga para hacerme una limpieza de boca, y me enganchó para ir esta misma semana de nuevo a arreglarme un diente que tenía un poco tocado de un golpe que me di hace más de 10 años y para hacerme un aparato que se llama célula de descarga, o algo así, que cuesta alrededor de los 200 euros y que sirve para no desgastar mis dientes mientras duermo, ya que por lo que parece, muerdo mucho mientras sueño y eso hace que mis dientes se hayan desgastado, pobrecito ellos.

La verdad es que estoy muy contenta con todos los servicios que he pagado y os aconsejo el haceros una limpieza de boca y un blanqueamiento dental para poder tener la sonrisa de los famosos de la tele.

La limpieza de boca no es nada dolorosa pero sí molesta, están un buen rato raspando la suciedad acumulado de año tras año entre tus dientes, lo conocido como sarro, y limpiándolo todo bien con agua a presión. Con el blanqueamiento dental se eliminan las manchas y coloraciones de origen extrínseco o intrínseco.

Para terminar, una frase que me dijo la dentista en cuanto salí de la consulta y que me gustó mucho: ¡Ahora... a sonreír! Así que ya sabéis, dientes que es lo que les jode, jeje.